Eh hablado con muchos amigos sobre este tema y llegue a la conclusión que tengo un tipo de pensamiento bastante raro y la vez romántico sobre aquellas personas que deciden arrancarse la vida.
Pienso que en todo momento de la vida uno decide que hacer, así tanto que creo que cuando empieza a existir hace un trato con la vida misma, este trato se forma de dos opciones, en una opción lo que elegís es una vida relativamente cómoda sin demasiados sobresaltos (algo así como la vida de la mayoría de las personas), en la que llegado un momento se acaba todo y listo te morís como corresponde que una persona corresponde que se muera, y podes elegir otra vida, mas tentadora, mas romántica, que es el camino de la guerra contra la vida, la rebelión contra la naturaleza misma, una vida inconformismo y acción, acá la cosa se pone mas complicada porque tratar de transformar todo en tu vida, y en parte la vida de los demás no es tarea fácil, acá adentro es para donde mi entran los suicidas, que pueden pasar hasta el ultimo de los días intentando en entrar en un sistema que los pateo afuera hace mucho, y que cual hombre en la puerta de algún lugar de prestigio les niega la entrada hasta el hartazgo, hay otros que contrariamente a los primeros intentan infructuosamente desde adentro salir o cambiar las situaciones que son obviamente injustas, y después encontré que hay un tercer tipo de suicidas, estos son los que mas me gustan, los románticos, que luchan desde el amor por tratar de poner un poco de luz entre las penumbras, acá ubique a los artistas de todos los tipos, así como los idealistas mas extremos que son aquellas personas capaces de amar algo hasta las ultimas consecuencias, sin intoxicarse con los detalles que siempre encontras y están decorando tu vida.
Este tipo de personas de comportamiento tan volátil son los que eligen el segundo camino de la vida, la batalla, que como cualquier batalla que busquemos tiene vencedores y vencidos, habrán visto que es una lucha desigual, y que obviamente supongo todos inferimos quien es el ganador final de todo este asunto. Como en todos lados uno puede ganar o perder, creo yo que cuando uno gana, o por lo menos obtiene un numero de batallas vencidas como para llegar a un arreglo con la vida, se gana eso que a todos nos falta, eso que nos convierte en personas completas, que varia en cada uno, y que siempre es casi imposible de encontrar, si elegís la primer existencia. Cuando elegís la batalla el precio que se pone a tu derrota es el fin prematuro de la existencia, la vida, por esto encontré que el acto del suicidio es ciertamente romántico y hasta heroico porque, es el punto final, es saber aceptar la derrota, es tener la entereza de pagar el precio, y entregarte al enemigo. Aunque bien sabiendo que no existe batalla totalmente infructuosa porque seguro que algo uno cambio aunque sea imperceptible.
Por eso esta conclusión es hacia esta especie de héroes sin rostro que buscan luchar contra lo imposible.